jueves, 22 de septiembre de 2011

Reseña Historica de los Cultos Africanos

 

África estaba totalmente dividida! Existían  Pueblos con mayor poder que otros. Vivían en una  constante lucha por hacer notar quién predominaba sobre cada región.
Para comenzar debemos ser concientes que el continente, extenso por cierto, poseía diferentes caracteres tectónicos: algunos pueblos estaban asentados en regiones que daban al mar, otros a la vera de ríos, algunos en zona desértica, o montañosa, y otros escondidos en los montes simplemente.
No todos los pueblos eran guerreros, conquistadores o expansionistas.
Regiones enteras se dedicaban a los cultivos, a la pesca, a la caza, a las curtiembres o la fabricación de diferentes herramientas (puesto que eran capaces de forjar armas, lanzas, escudos, templar espadas, como también confeccionar herramientas de trabajo). Diversas pinturas rudimentarias inscriptas en roca o corteza petrificada, describen los quehaceres del hombre en el África de esos días.                                                                                              
  • El Panteón Africanista que actualmente conocemos no existía

Cada región tenía sus leyes (lo que se conoce como “ley natural” y varía según la usanza de cada pueblo), sus costumbres, su geografía característica, su lengua propia y, sin lugar a dudas, sus creencias. Es decir… cada Pueblo o región cultaba a unas pocas “divinidades” ya que según las leyendas: “…en los tiempos en que Orixâs y Hombre compartían la tierra, surgieron disputas entre algunos Orixâs (uno de los motivos por los que OBATALÂ los removiera del mundo terrenal) haciendo que los Hombres que vivían bajo Su amparo bregaran también. Los SERES mitológicos, una vez desaparecidos, dejaron plasmado en el corazón de las bastas tribus un resentimiento y gran odio que, así como cada leyenda (que se transmite de manera oral, e indefectiblemente con alguna variante), se fuera traspasando a las siguientes generaciones.”
Lo que el Hombre Negro no lograba comprender, es que “TODOS LOS ORIXÂS PROVENÍAN DE UN SOLO Y ÚNICO CREADOR (o eran hijos de los Orixâs Fun-Fun), Y QUE SIN LUGAR A DUDAS DE UN MODO U OTRO, ESTABAN EMPARENTADOS TODOS ENTRE SÍ”.
El Hombre Negro generó un pesado Karma. Es decir, es sus próximas encarnaciones “debía superar ese odio para con sus congéneres y hermanarse de una vez por todas”.

Si bien la Teología Africanista actual discute sobre un número cierto de “deidades”, si nos remontamos a aquellos días, recopilaríamos una lista con los nombres de más de 300 (trescientos) Orixâs diferentes.
  • LA ESCLAVITUD CUMPLIÓ UNA FUNCIÓN DE PURIFICACIÓN, PERO TAMBIÉN LA DE HERMANAR A TODOS LOS AFRICANOS TRAÍDOS COMO ESCLAVOS.

Los esclavos eran desmembrados de sus familias, tribus y grupos. La mayoría hablaban lenguas desconocidas y les era difícil en un principio poder congeniar entre sí. El Blanco esclavista disponía así por temor a levantamientos e insurrecciones.
Al verse sometidos a la conversión al catolicismo romano, so pena de crueles tormentos (que los bautizaba a un nuevo credo supuestamente basado en el amor, el perdón, la humildad y la fe en Cristo, pero que a su vez les negaba la existencia del alma por ser de color), surge el tantas veces mencionado “SINCRETISMO RELIGIOSO”.

Cuando nos referimos a Sincretismo, no sólo debemos figurarnos el ardid utilizado por el Hombre Negro para hacer creer a sus captores de una supuesta conversión, mientras seguían practicando, secretamente su culto natal. También debemos pensarlo como el acuerdo tácito (que le surgió al esclavo desesperado, totalmente indefenso pero lleno de Fe) que logró superar una de las pruebas del Karma: el  Hombre Negro venció barreras ancestrales, los prejuicios y las guerras quedaron atrás, las leyendas pasaron a ser sólo eso, “leyendas” y, finalmente lograron seleccionar a los “dioses” más representativos para cada aspecto de sus vidas. Redujeron todo a un conglomerado de entre 10 (diez) y 18 (dieciocho) “divinidades” (dependiendo el número de cada región donde esto iba aconteciendo, como también de los orígenes tribales de los esclavos de cada colonia o finca en la que los tuvieron cautivos). ASÍ NACE NUESTRO ÈRÚMÄLÉ.
  • LOS MODOS DEL SINCRETISMO

  • Existieron distintos:

  • Orixâs na frente: Los acutá (o jàcutâ) estaban escondidos dentro de pozos, recubiertos por tablones y luego tierra fácilmente removibles. Éste era uno de los primeros y más seguros métodos. El nombre, “En la frente”, proviene del contacto del èlédâ (o èlédjâ) con los acutá (o jàcutâ), tablón de por medio; de ahí surge el “Bater Cabeça”.
  • Orixâs no fundo: Es decir  “en el fondo” o detrás de un rudimentario altar católico. Los acutá (o jàcutâ) estaban escondidos detrás de telones de cuero o paredes de roca.
  • Orixâs no Santos: Es decir “En el Santo”. Los acutá (o jàcutâ) estaban escondidos dentro de las propias imágenes católicas, las cuales poseían una cavidad acorde al tamaño de los acutá (o jàcutâ).
  • Orixâs nos olhos: “Ante los ojos”. Los acutá (o jàcutâ) no estaban escondidos. Eran colocados como si fueran adornos rudimentarios en algunos altares.
  • Orixâs desperçös: Los acutá (o jàcutâ) estaban escondidos o bien disimulados en diferentes lugares de las tolderías, chozas o casas. Este método se utilizo no sólo en los tiempos de esclavitud, sino también en épocas en que no existía Libertad de Culto en algunas regiones (inclusive en pleno siglo XX) o cuando los Cultos Afro-Amerindios eran proscriptos (principalmente por dictadores como en el caso de Cuba, Colombia, Santo Domingo, Jamaica y Las Antillas).
  • EL HOMBRE BLANCO NO IGNORA TOTALMENTE LAS CAPACIDES MÁGICAS, CONOCIMIENTOS MEDICINALES DEL NEGRO ESCLAVO.
MAS, TIENE MIEDO…

Es sabido que en muchas ocasiones, algunos blancos recurrían a la sabiduría  del esclavo.
El Hombre Negro denotaba, con sus conocimientos en herboristería, una superioridad indiscutible. Las Negras eran requeridas como parteras, “herveiras” (yuyeras), nodrizas de pecho (o de lache); mientras que a los hombres (además de los trabajos habituales), se los utilizaba como domadores de animales de trote y de carga, conocedores de plagas y capaces de alejarlas, conocedores de hiervas que contrarrestaban las toxinas de serpientes, arañas como de plantas venenosas. Pero, aún así, LA SANTA MADRE IGLESIA condenaba totalmente este tipo de recurso… pero a veces, imperaban las necesidades. El Hombre Negro seguía ganando terreno.
También era conocido que la adivinación y el predecir el futuro (a través de huesos, caracolas, semillas o piedras generalmente), otro arte que dominaban muchos esclavos. Los cuales eran consultados “a escondidas” de la Sociedad Blanca.
Quizás no esté para nada equivocado el punto cantado de Preto Velho que dice:

“...Preto näo sabe leer 
   Preto näo sabe escribir
   Mais o Preto Velho sabe 
       Cuamdo o Branco vai morrer...”

Quizás la misma Ley de Causa y Efecto (Karma) condeno al Hombre Blanco. O bien el Karma superado por el Hombre Negro, que ya había purgado suficiente.
O, tal vez, la Magia Africana bien aplicada o la nueva conjugación de Orixâs (llamada ÈRÚMÄLÉ)  conllevaron a la indefectible resultante de que el Hombre Blanco necesite del Hombre Negro… pero ya no como esclavo, sino como soldado. Las causas de libertad e independencia de todo el continente americano (y lo que hoy es Brasil y EUA principalmente, que paradójicamente fueron las regiones donde más cruel fueron los yugos de la esclavitud) convirtieron al Negro Esclavo en Ciudadano Liberto, a cambio de sus servicios como tropa.
Durante la Guerra de la Triple Alianza (Argentina, Uruguay y Brasil – contra Paraguay), el Hombre Negro era requerido por ser una tropa resistente a las inclemencias propias del combate, como también por su basta capacidad de supervivencia con escasos recursos dentro de la selva brasileña.
Por otra parten, aún se dice en los suburbios brasileños, que sin “la magia” Paraguay hubiera sido victoriosa en el arduo conflicto. Si nos colocamos en la situación y la época, comprenderemos sin mayores dificultades que La Triple Alianza era un total e indiscutido fracaso y, que repentinamente, las tropas negras penetraron las barricadas paraguayas, infranqueables hasta ese entonces, desde el Mato Grosso hacia el Sudoeste.
Las Pretas Velhas aún cantan relatos de antaño, en los que describen “…el castigo que el blanco recibió por tantas crueldades y tormentos… que el hombre blanco se aniquilo entre sí… que el mulato, moreno y negro alcanzaron la libertad… que el cautiverio (pues así llamaba el negro a la esclavitud), había terminado.














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